Llevábamos tiempo queriendo visitar la Cueva de las Latas con los niños, para que tuvieran una primera experiencia de espeleología. Por fin llegó el día. Hubo que reparar la instalación de la entrada, que estaba mal, pero todo salió muy bien. Hubo que echarles alguna mano en alguna retrepada y en el pasamanos pero todo salió a pedir de boca.