Llevábamos varios años comentando la posibilidad de visitar Raja Santa, una diaclasa bastante famosa y cercana a Granada. Su fama no es por la belleza de sus espeleotemas (de hecho no tiene casi ninguno), sino por la espectacularidad de sus pozos y, sobretodo, por el lago de agua termal que tiene en su fondo.
La sima tiene unos 120 metros de profundidad y comienza con un descenso "en tornillo" un tanto estrecho. No especialmente complicado, aunque con algún paso delicado. Eso sí, este tramo a la salida, cargados con las mochilas y ya cansados después de subir varios pozos se convierte en algo exigente.
Los pozos están bien instalados en general, con varios fraccionamientos y algunos desviadores imprescindibles para quitar roce a las cuerdas. En esta ocasión el resto de compañeros de The Turkish Four! (Trujo [Antonio], Tarifa [José Antonio] y Javier) se fiaron de mi para hacer los distintos montajes y aunque alguna cosa se podría haber hecho mejor (dejar un poco más de cuerda en los fraccionamientos, un poco menos en la gaza de los ochos...) en general fue una gran experiencia el poder montar y desmontar en un sitio tan espectacular.
Para el primer pozo usamos una cuerda de 60 metros, después una de 20 y tantos metros y por último una de 40. Ojo en el último pozo, que casi al final hay un fraccionamiento sobre una cornisa muy muy muy expuesta y con muy mala caída en caso de problemas. De hecho nosotros optamos por no usarlo y poner un protector de cuerda para salvar el último roce.
Cuando acabas el último pozo hay una pequeña salita donde puedes cambiarte para ponerte el bañador y luego acercarte al lago bajando una pendiente que está equipada con una cuerda para facilitar el destrepe y posterior escaladita. En dicha salita hay un buzón donde la gente anota su incursión en la sima. Pudimos encontrar algunos mensajes que hacían referencia a anteriores visitas de Tarifa y otros compañeros.
Respecto al laguito de aguas termales: tiene una temperatura estupenda. Dan ganas de quedarse horas allí metido. El agua tiene una transparencia espectacular (impresiona iluminar hacia abajo y ver la raja continuar 20 o más metros por debajo tuya) y un color azul turquesa que casi parece falso. A mitad del lago hay unas rocas con una grieta (por encima del nivel del agua en nuestro caso) que permite pasar al otro lado. Preferimos dejar ese trocito final para explorarlo la próxima vez que vayamos, que seguramente será pronto. Además, como tuvimos un pequeño "problema" con la batería de la cámara, realmente nos quedaron ganas de seguir grabando algunos vídeos y fotos nadando y buceando en el agua.
Estuvimos unas 5 horas en la cueva. No sobró ni falto ni un minuto :-)