Una mañana aún no muy calurosa decidimos acercarnos a realizar la ferrata de Castala y la ferrata de Carcauz. Yo ya había realizado con anterioridad parcialmente esta ferrata (haciendo el empalme que hay que los dos recorridos disponibles), pero claramente la ferrata gana mucho si se hacen los dos recorridos (incluyendo los rápeles).

En esta ocasión algunos intentamos los tramos más difíciles. De hecho en el pasado yo no había sido capaz de hacer el primer techo K5. En est aocasión, con mucho esfuerzo y colgando del cable de vida pude superarlo (los puristas dirán que fue con trampa). El segundo tramo K5 sin embargo me resultó bastante fácil. Lo cual viene a demostrar que las graduaciones en las ferratas no son algo totalmente absoluto. De hecho, hubo una compañera de grupo a la que el primer tramo le resultó fácil y el segundo no pudo hacerlo (justo lo contrario que a mi).

Es una ferrata muy juguetona, con muchos puentes, tramos verticales, horizontales, tirolinas, péndulo... Muy recomendable.