Un barranco bastante bonito con agua fresquita pero sin pozas profundas. El barranco tiene varios atractivos como algunos agujeros que se ven cuando rapelas o un descenso bajo unas rocas que hacen un pequeño túnel.

La aproximación es dura (un buen cuestarrón) y al parecer los dueños de las fincas no están muy contentos con que los barranquistas pasen por allí, aunque en nuestro caso no nos encontramos a nadie. Eso sí, una muy mala impresión en la cabecera del barranco porque algún desgraciado ha plagado la propia cabecera de alambre de espino y han machacado la reunión en la roca (que ya había sido reemplazada por una instalación en el árbol de salida). Si se decide ir no es tontería llevar un trozo de cuerda y algún maillón por si sabotean nuevamente el inicio del barranco.

Este día ibamos un buen grupete... pero ni una fotillo hicimos. Ni en el bar de después...