Tras una ferrata mañanera y un paseo por un hayedo encantado decidimos acercarnos a ver una de las numerosas cuevas que pueblan la sierra de Urbasa. Se trata de la cueva de Nuriturri.

La aproximación es muy fácil, aunque implica subir una pista con un desnivel de casi 300 metros desde la localidad de Eulate. Una vez localizada la entrada a la cueva (muy cerca de la pista) procedimos a entrar en la primera sala, bastante grande y donde se aprecia un aumento de la humedad notable. Al fondo de esta primera sala y buscando un poco encontramos un paso estrecho (aunque se pasa sin dificultad) que nos permite descender [con mucho cuidado, pues resbala bastante) hasta la segunda sala, mucho más grande que la primera. En esta sala se ven estalactitas y estalagmitas variadas y se aprecian varios estratos horizontales que casi parecían vigas que sujetaban el techo de la cueva. Descendiendo hasta el fondo de la sala encontramos un agujero bastante más vertical que decidimos no explorar puesto que no habíamos traido medios para asegurarnos y poder volver.

Una experiencia corta pero agradable que merece la pena.